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lunes, 1 de abril de 2013

Encarcelados en la ''Libertad''

Nos pasamos toda la vida persiguiendo un ideal inalcanzable como es la libertad, ignorando en cierto modo que desde que nacemos estamos arraigados a la decisión que tomaron por nosotros de vivir o no.
Pasan los años y las curiosidades y nuestros propios padres, familiares o amigos son los que nos hacen ir aceptando ese "mandato" de vivir que nos pusieron... si es que se puede llamar mandato, obligación... más que eso diría yo que fue una decisión prematura tomada por unos padres que desean cuidar y cultivar en nosotros esas ansias por conseguir la libertad, que ellos no pudieron lograr.
Está más que claro que con cinco años que es más o menos cuando tu cerebro comienza a razonar, o mucho más antes, tus padres no te iban a preguntar: Hijo mío, ¿deseas vivir?. Sería demasiado absurdo a mi parecer.
Y conforme pasan los días el concepto de libertad va creciendo en tu cabeza. Cuando somos pequeños creemos que  la libertad la tienen los mayores; y cuando somos mayores deseamos ser pequeños para ser libres; bien, en este caso ¿cuál es la verdadera libertad? También, pensamos que los animales son los verdaderamente libres y conforme nuestro pensamiento se desarrolla nos damos cuenta de que los animales tristemente dependen en muchos casos del ser humano, aunque este no sea necesario en su vida, ya que es el destructor de sus ecosistemas y el mismo a su vez que intenta protegerlos... y ¿bien? ¿por qué decimos que los animales son libres? Quizás por qué se dejan llevar por los instintos al contrario que nosotros.

Y así poco a poco relacionando términos, elaborando tus propios esquemas en tu "madura"(o no tan madura) mente, vas creando una idea de Libertad y llegas a la conclusión de que es inalcanzable... siempre dependeremos de algo, algo que nos aferrará, a una persona, lugar, tiempo, instante u objeto, por mucho que digamos lo contrario....
Y aquí es donde aparecen los vacilones que saltan: "Pues yo me voy a una isla desierta..." Y es cuando diré yo: "Y bueno...¿necesitas comer? ¿Necesitas dormir? ¿necesitas quizás resguardarte del mal tiempo? Claramente no contestes, tu respuesta es sí, así que querido amigo, dependerás de ti mismo, del lugar, de la flora y la fauna, del tiempo y de todo lo que te rodea, por lo tanto, la libertad es nula"

Incluso muchos dicen que se llega a la libertad solo a través de la mente, pero solo se puede llegar a un estado similar con mucha concentración porque hasta en nuestra cabeza estarán las preocupaciones por ahí flotando.

Finalmente, en el lecho de tu muerte cuando más maduro eres, te preguntarás ¿Ha merecido la pena vivir buscando esa libertad que todos me prometían? Incluso puede que tus nietos o nietas más avispados te pregunten qué es, y tú le responderás lo mismo que te respondieron a ti, haciendo crecer la ilusión en ellos de alcanzar dicho tesoro, como le gustaría a un arqueólogo descubrir la Atlantia.
Y en ese momento en el que te debates entre la vida y la muerte en un instante pensarás, qué sí que ha valido la pena esa decisión tomada por nosotros al nacer, ese cautiverio de libertad. Ha valido la pena caerse y tropezarse, levantarse, llorar, amar, sufrir, buscando esa ''Libertad'', rozándola en los momentos de clímax, de satisfacción, de realización. Ha merecido la pena porque nos damos cuenta de nuestra lucha y nos sentimos completamente orgullosos de nosotros mismos.
En ese momento te darás cuenta de que has logrado rozarla tan tan cerca que casi la agarras, intentando comprender esa utopía no utópica.


Por Lala, LML. Gracias por leerme.