La vida es un devenir de sentimientos y de personas, unas vienen y otras se van, otras sin embargo permanecen.
Cada paso que damos por el camino incierto, que es el futuro, determinamos un suceso, y mis pasos, me llevaron a lo que estoy viviendo ahora mismo.
Sentada en mi sofá, acompañada de una sucia hoja que encontré en un cajón, garabateo y dedico estas palabras, la música de fondo, quizás se escuche una melodía de piano, quizás algo de ocarina, no estoy segura. Estoy sumida en recuerdos, palabras y miles de pensamientos, y todos y cada uno de ellos, me llevan al mismo lugar, misma persona, mismo sentimiento.
"Es difícil expresar lo que uno siente, tanto de forma escrita o oral. Sin embargo, todos alguna vez en la vida hemos tenido esa sensación punzante en el pecho cuando alguien que nos importa nos observa. Todos alguna vez hemos sentido la calma y la paz que nos proporciona la tibia mano que sustenta nuestra mejilla. Todos hemos llorado alguna vez de tristeza, de rabia o de felicidad. A todos alguna vez se nos ha venido el mundo encima, y hemos buscado el consuelo en algún que otro libro o canción. Las noches eternas las hemos pasado todos. Calentamientos de cabeza, una misma persona las 24 horas rondándote por la mente. ¿Quién no ha sentido alguna vez el vértigo en un beso con sentimiento? Todos hemos sido abandonados, y recogidos por otras personas. Todos y cada uno de nosotros hemos sido clavos, y nos hemos clavado en algún que otro corazón, sin querer o queriendo, pero ha sucedido. Porque a todos alguna vez nos han hecho daño, de una forma o de otra, pero lo han hecho y la gran mayoría, nos hemos sabido levantar. Y todos también hemos tenido que aprender, aprender que los "te quiero" llevan letra pequeña; que los besos con sentimiento duelen y son magníficos; que las lágrimas tienen precio; que los momentos que vives con una persona no se pueden repetir con otra, porque cada persona es un mundo en continua evolución; que no se pueden encadenar a las personas porque el amor de verdad se crea en libertad; que sacarle sonrisas a alguien, es relativamente sencillo, lo difícil es conseguir una sonrisa de manera constante; y hay que aprender a esperar de las personas lo que ellos esperan de ti, es decir, nada.
Y todos y cada uno de nosotros hemos tenido problemas, pero a los problemas hay que hacerle frente, y no salir corriendo en cualquier dirección, porque la vida es una carrera llena de obstáculos, y si huyes de uno, aparecerá otro y así sucesivamente hasta que algún día tengas que hacerle frente a algo que de verdad necesita ser arreglado, y entonces, quizás uno no esté preparado para luchar si toda su vida ha estado huyendo.
Si una puerta se cierra, otra se abre delante de nuestras narices. Y algún día llegará alguien por la que merezca la pena hacer entradas en un blog. Alguien que ponga tu mundo patas arribas, alguien a quien dedicar canciones, compartir momentos, cuidar y querer. Y quizás sientas a veces que sois dos personas adecuadas en tiempos equivocados, pero una persona me dijo una vez que daba igual que uno estuviese en Pekín y la otra persona en Rusia, porque cuando las cosas se hacen de corazón, con sentimiento, nada, absolutamente nada, importa."
Y ¿qué se aprende de esta caótica entrada de un domingo de madrugada? Nada y todo. Se aprende nada, porque esto se tiene que vivir; y se aprende quizás, que hay que luchar por lo que uno quiere, por sus sueño que por mucho que leamos a Coelho, tristemente el Universo no va a conspirar para lograr todos nuestros propósitos y deseos; y todo lo que vosotros queráis sacar en conclusión, se puede aprender. Esa es la moraleja (aunque odie dicha palabra).
Porque...
...nadie dijo que esto sería fácil...
...nadie dijo jamás que esto sería tan difícil...
Un saludo, Laura, Lala.
PD: perdonad el desorden emocional de la entrada.
