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domingo, 10 de abril de 2016

Los Ojos que Ven

A vosotros, sin más. 


"Odio, desesperación, impotencia, ira, posesión..." Así comenzaba el primer borrador de "Los Ojos que Ven" (con otro título) que escribí con trece años. Todo el mundo que lo leyó me dijo que era un guión válido para un cortometraje, incluso estuvieron detrás de hacerlo; a día de hoy, me alegro de que no sucediera eso porque de ser así no hubiese crecido tanto en estos últimos días, y mucho más importante, no hubiese estado con el gran equipo que he tenido detrás. Siempre me han dicho que las grandes ideas se reservan para los mejores momentos y las mejores personas, y esto, es así. Aquel primer borrador lo guarde en el fondo de un cajón y hace un par de meses en una lluvia de ideas vio la luz después de tanto tiempo y por consenso del amor fue seleccionada para llevarse acabo.


Hoy, hace escasas horas hemos terminado de rodar y os aseguro que no me salen las palabras de todo lo que he sentido estos tres días tan intensos que me han dejado un sabor agridulce: dulce porque ha sido la mejor experiencia profesional con gente maravillosa, pero agria porque pese a todo lo malo, no quería parar de dejar de rodar.

Tengo ahora mismo un remolino de sentimientos por todo el cuerpo. Quizás no haya sido la mejor directora, o guionista junto a mi Carlitos de Huerva, no haya hecho aclaraciones concisas y perfectas a los actores, quizás he tenido la cabeza por las nubes más de la cuenta, haya perdido cosas, no haya llevado los guiones encima, o se me hayan olvidado algunos planos, puede que haya gritado de la emoción al ver el arte que estábamos creando, quizás me he pasado con el papel celofán a falta de blancos y negros (me duele en el alma eso); pero soy novata en todo esto y no es una excusa, es la verdad. Sin embargo, pese al agobio que he reflejado, a mis llantos (que han sido múltiples y variados) os puedo decir que si algo he hecho ha sido implicarme con todos los sentidos, con todo el alma, corazón y todos mis sentimientos, porque si algo he aflorado han sido sentimientos. Y como yo, todos mis compañeros.

Ni siquiera sé cómo enlazar unas cosas u otras. Ha habido momentos de tensión en los que hubiese matado a alguien, en los que me han dado ganas de abandonar o de mandar a todo el mundo a tomar por culo; pero los buenos momentos, que han sido la gran mayoría pesan sobre todo lo demás.

Comencé hablando del borrador, de esa idea inicial principal que decidí compartir y que nos ha llevado hasta aquí, esa idea, que es nuestra, de todo nuestro equipo, porque independientemente de los roles, todos hemos hecho de todo y hemos luchado por llegar a esto.

Aún nos que todo lo que va después del rodaje, seguramente miles de calentamientos de cabeza más (el todopoderoso productor comienza ya a perder pelo por el dinero); pero es que para llegar a hoy, a estar yo aquí, llorando mientras escribo esto, hemos pasado por muchísimo y sin embargo, lo hemos logrado.

No tengo palabras para agradecerles a ellos, a mis niños, todo el trabajo que han hecho, todo el esfuerzo que han plasmado y la dedicación profesional, sentimental y personal que han realizado. El apoyo mutuo, el buen rollo y esas cosas que se suelen dejar de lado en esos momentos, pero que nosotros hemos llevado por delante. Y no sólo ellos, mis niños de sonido lo han hecho muy bien con el celo de doble cara y los hurtos, y aislando y grabando ¡eh! La maquilladora, mis actores (profesionales a más no poder) y Álvaro captando todo cuanto acontecía.

 He conocido a unas personas increíbles, y os prometo que volvería a repetir esto mil veces, sólo si fuera con ellos, porque no hay monitor en el mundo que pueda sustituir el amor que siento por vosotros.


Gracias por creer en mi, en nosotros, en vosotros y en este sueño que aún me cuesta asimilar haber vivido.

Y ahora, a seguir luchando por "Los Ojos que Ven" porque jamás habrá más sentimiento y lágrimas (lo digo por mi que el 95% me lo he pasado llorando) detrás de una grabación.


Os quiero con locura.

PD: Ya puedo morirme en paz.