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martes, 30 de diciembre de 2014

Al habla Lala, y 2014

Mi cuenta de Spotify dice que la canción que más he escuchado este año es Más de un 36 de Andrés Suárez, y no sé equivoca, la he aborrecido. 
También mi horóscopo en más de una ocasión me ha dicho que tendría suerte, o que las cosas irían bien con mi pareja, como si tuviese, pero no le culpo, o sí por olvidarse de los solteros exigentes (leer con voz del anuncio de eDarling). 
He aprendido miles de cosas, entre ellas que la probabilidad de que tu vecino te odie se incrementa considerablemente si se te cae un tanga y azarosamente entra por su ventana; o que he estado yendo al Mercadona de las 3000 inocentemente pensando que era un barrio viejo como cualquier otro. 
Tachar del mapa de Sevilla calles y barrios como quien descubre zonas poco a poco en un videojuego, conseguido. 
Me he despertado en noches de viento porque llovían mandarinas, literalmente, y hacían saltar las alarmas de múltiples coches. 
He deshecho camas. Roto corazones. Visto Nana 6 veces completas. Amado. Llorado. Cabreado. Y todo lo que acaba en -ado, o casi todo. 
He escrito sobre truchas, viajado al Olimpo, perdido por Madrid a las 00:00 con un psicópata que se parecía a Willem Dafoe que me persiguía por las calles de Móstoles. También un señor muy pequeño me acarició las piernas en Sevilla y me dijo: ¡Qué piernah máh bonitah mi'armah!

Me he enamorado en paradas de autobús, en estaciones, en salas de cine, en Almería, en Sevilla, en mi cuarto cuando todo parecía oscuro, a pies de la Giralda, en bares escondidos con un par de cervezas en las manos, o en cafeterías donde solo había: té y café. Y conforme lo he hecho, se ha deshecho, porque la vida es así, y no le doy otra explicación. 

Si tuviese que salvar algo de este año, sería a mi, pero de la hostia que me voy a dar, de las que me he dado, y de las futuras no, ¿por qué? porque visto lo visto, gozo cual cochinillo cuando estoy hecha mierda, y os deleito con palabras "inspiradoras", que a fin de cuentas siempre vienen a decir lo mismo: Soy triste. Y no me quito mérito, pero solo soy otra escritora más de pacotilla, que llega a la gente, pero que no es ni diferente, ni peor, ni mejor, simplemente llega, y con hacer llorar, remover las entrañas, odiarme, a mis queridos lectores este año, yo con conseguir eso, me doy por satisfecha. 

No ha sido un año fácil personalmente, pero no será el peor, porque tranquilos, que el año que viene a 30 de Diciembre, estaré diciendo con mi acento almeriense: "Poh vayah mierda de añoh". No adelantemos acontecimientos ¿no? pero es que me gusta imitarme a mi misma. 

Para quien ha sido un año bueno ha sido para el blog, que aunque en enero cumpla 2 años, este año ha despegado, y eso no es gracias a mi tristeza, que también, si no a todos los que leéis y comentáis, y compartís, porque como bien me dijo un gran amigo mío un click, algo que es tan insignificante, para nosotros no lo es. El simple hecho de que decidáis hacer eso o no, redirecciona vuestra vida, y la de otras personas, incluso la de las Truchas de lomo azul que ascienden por el río Volga a su paso por Leningrado. Y quizás, alguno de esos clicks me han llevado a conoceros, o viceversa (sin hombres y mujeres, por favor). 

Si tuviese que dejar algo en mi memoria, serían esas personas que han revuelto mi vida, y han entrado haciendo mucho ruido y siguen haciéndolo, aunque solo se escuche ya su eco. Porque gracias a ellas, hoy estoy escribiendo esto. Y posiblemente si hace unos meses no hubiese perdido un autobús, o hace un año no hubiese ido a tomar café al Alhambra, o no hubiese visto un directo de como alguien dibujase, o no me hubiesen llamado puta por tener condones en casa, si no echase de menos tus rizos y tu tutú, o si no me quedase hasta las tantas para ver Viapol apagarse, o si no fuese a escribir por ahí; si todo esto no hubiese sucedido, a día de hoy, no habría blog, ni entradas, ni me habríais leído, y lo más importante, no habría conocido a personas que para mi, ahora mismo, son muy importantes.

Todo nace de mi imaginación, pero previamente lo sufro, y ya después lo lloro por aquí. Así funciono, así me va. Por supuesto, no todo lo que pongo forma parte de mi realidad, o de mis deseos o anhelos, pero siempre, siempre, lleva algo de mi. 

Gracias, por este año, por leerme, por sufrirme, por odiarme, por quererme, por desearme lo mejor, lo peor y la muerte.

Feliz 2015, aunque todos sabemos que a final de año nos quejaremos, porque somos así, tenemos comida y no comemos, preferimos decir: Tengo hambre; o que nuestra madre nos haga de comer.
Ojalá (puta palabra) consigáis todos vuestros propósitos, sueños y anhelos; y ojalá, sigáis al lado de a quienes tanto queréis, o encontréis a esa persona con la que compartir, o estabilidad emocional con Soledad. 

PD: Nos vemos el año que viene, más tristes que nunca, pero felices. 


Laura, Lala. 

Soy un sauce llorón
que cuando llega el Otoño
seca sus lágrimas. 



jueves, 18 de diciembre de 2014

Mujer

Hoy 18 de Diciembre, mi blog se centra en sola una persona, una gran lectora del mismo, porque se lo merece, porque es su día. 

Hay mujeres malas, y mujeres buenas; altas y bajas; feas y guapas; gordas y flacas; de norte y del sur... 
Hay mujeres que sueñan con ser madre, otras lo detestan... algunas lo consiguen, otras desesperan y por las noches mecen almohadas inundadas por lágrimas... 
Hay mujeres cálidas, otras con los pies más fríos que el suelo.... 
Hay cientos de mujeres en el mundo, unas se hunden en la pobreza, otras son víctimas del maltrato, otras son maltratadoras, algunas huyen de la justicia, otras la imponen, algunas son esclavizadas y sumidas a la prostitución más barriobajera, y otras sin embargo, disfrutan de ello, codeándose con los personajes más famosos de la sociedad, perdiéndose entre sábanas de terciopelo y encontrándose bajo montones de joyas y billetes... 
Hay cientos de mujeres, muchas siguen modas, y acaban siendo en su gran mayoría iguales, con personalidad uniforme, pero tú.... tú eres única. 

Te conozco desde hace un rato, aunque a veces tengo la sensación que es desde hace toda una vida. Te conozco muy bien, y sin embargo, en algunos momentos me sorprendes, pero siempre para bien. 

Hoy da la casualidad de que eres mi musa, y esta entrada va para ti, pero en realidad, la musa de mi vida, perfectamente podrías ser tú, porque toda mi vida en cierto modo, se basa en ti, desde que nací. 

Unas líneas, como estas, no son suficiente para escribirte todo lo que te mereces, ni Alberti, ni Machado, ni Bukowski, ni yo como poeta, sabremos jamás plasmar tu belleza en ningún verso, porque es imposible.

Te recuerdo a veces, y otras te olvido, y pese a mis idas y venidas, te mantengo en el fondo de mi alma, como una amiga, como la gran mujer que eres. Y todo da igual, la distancia, los años, los días que no hablamos...porque te sigo queriendo igual, desde Sevilla, en Madrid, en Almería o en cualquier lugar en el que esté; te quiero igual si hoy es hoy, o es ayer, o si será mañana; pero te quiero más, conforme pasan los años, de eso no hay duda. 

He empezado hablando de los tipos de mujeres, porque realmente hay cientos y miles, incluso millones de mujeres, pero en la vida de cada persona, madre solo hay una, ya sea de sangre o postiza, y de todas las mujeres que podrían haber sido mi madre, tú decidiste que yo viviera, y hoy por hoy, me siento orgullosa de esa decisión, de tenerte cada día a mi lado -en la distancia- y por supuesto, de ti, como mujer luchadora, como mujer firme, mujer cálida, como amiga, y sobre todo, como madre. 


Te quiero, con todo mi corazón, como jamás querré a nadie. 



Un saludo a todos, Laura, Lala. 

Marfil

Suena la música, y dos manos desnudas se encuentran en silencio. 
Las luces van y vienen, a ratos muestran las marcas de la vejez, a ratos la agilidad de la infancia.
El desconcierto ante la similitud se acrecenta, son tan parecidas y a la vez tan distintas; 
que poco a poco, aumenta la tensión entre ellas. 
Con recelo se observan, se acercan y se alejan, pero jamás se tocan.
Y así, sin más preámbulos, ambas comienzan a bailar un tango
al compás de palabras mudas que se lleva la leve brisa que entra por la ventana. 
Giran sobre sí mismas, suben y bajan; y entre movimiento y movimiento,
dejan a la vista el anhelo y la pasión que las separa. 
Están tan cerca y a la vez tan lejos, que duele y eso las lleva a un extremo y al otro.
Y pese a la distancia, un hilo mágico y transparente las une, y lentamente las vuelve a acercar
aunque quieran huir, y luchen contra ello. 

Juntas de nuevo, ya no hay vuelta atrás, ni sitios a donde huir;
no hay máscaras que utilizar, ni disfraces donde refugiarse. 
Solo queda la desnudez de unas frías manos que se añoran, y el orgullo las separa.
Solo queda la soledad de unas frías y suaves manos, 

que bailan quizás...

... sobre las teclas de un piano... 



Buenas noches, Laura, Lala. 
Espero que os guste la lista de reproducción que he puesto en el blog. 
Saludillos. 



miércoles, 10 de diciembre de 2014

Laura

Aún soy la niña con trenzas kilométricas;
la que se montaba en una cabina de camión
para recorrer Europa. 
Siego estando en Francia, 
y su parque de las setas; 
en Holanda, 
con sus patos atacándome.

Mason Gamble sigue siendo 
mi primer amor platónico, 
y sigo teniendo su camiseta de la talla 4. 

Todavía tengo el labio partido, 
las Barbies en cajetas, 
la Nintendo64 conmigo, 
el Scalextric por piezas, 
los Playmobils perdidos,
-como yo-.

Llevo conmigo miles de melodías, 
y aún, tan solo me hace llorar, 
la Nana de Zelda. 

Recuerdo las noches en vela, 
mis hermanas pequeñas, 
mis padres trabajando, 
mis primos, 
la infancia que volaba por sí sola...

Sigo llorando en cada cumpleaños, 
sigo ensimismada, 
y por seguir, sigo amando. 

Aún estoy sobre los escenarios de Marruecos, 
siendo Titania; 
o en Londres, perdida entre la multitud.

Sigo, aunque no lo creáis, 
amando el teatro,
comiendo libros,
escribiendo a mansalva, 
jugando a deshora, 
cayendo en camas. 
Sigo adorando a los gatos, 
huyendo de las palomas, 
soñando...

Recuerdo a quienes pasaron, 
los que se fueron, 
los que se perdieron en mis sábanas,
los imposibles, 
los que dolieron, 
los de un día, 
los de toda la vida...

Y conforme pasa el tiempo, 
más sigo guardando: 
Sevilla, 
el cofre que siempre llevo encima, 
los versos arrojados por el balcón, 
escritos a pies de la Giralda, 
la decepción, 
mi santuario... 
Toda una juventud que quedará en mi... 

Y aunque haya dejado de escribir, 
no devore libros, 
no juegue a nada, 
ni pinte, 
ni duerma, 
aunque haya dejado de soñar 
porque la realidad me haya envuelto...
aunque las cosas no vayan bien, 
sigo siendo la niña de trenzas kilométricas, 
a la que le dan miedo las polillas, 
la que ama aunque duela, 
sigo siendo Lala, 
y por encima de todo, 
sigo siendo Laura. 


No sé cuando nos volveremos a encontrar, espero que pronto. 
Laura, Lala. 

viernes, 5 de diciembre de 2014

Cuéntame un Microcuento

Llevo una semana y media sin Internet, y sin pasarme por aquí unos cuantos días. Por ello traigo una serie de #microcuentos, que voy escribiendo con el objetivo de publicar en Twitter, pero que nunca los publico. Algunos de ellos los tengo plasmados en marcapáginas que hago con todo mi amor y con cartulina. No quiero abusar mucho, pero aquí van algunos de los que tengo:



1. Siempre pensó que "Adiós" significaba "Hola",
 y por lo tanto que una despedida, 
siempre sería un reencuentro.


2. Me preguntó que si se podía echar de menos
 lo que nunca se tuvo,
 y como era mía,
 le respondí con un simple "No".


3. Se pasó la rosca, 
de darle cuerda al reloj de la vida. 


4. No me llamo Robinson,
 pero si que voy a naufragar en las bravas costas de tus nalgas, 
querida Viernes.


5. Tocó a mi puerta y no le abrí,
 estaba dentro cosiéndome el corazón al pecho.


6. Cada vez que musitaba algo,
 salían volando todas las mariposas
 que reposaban en su estómago.


7. Le ofreció chocolate para endulzar su vida,
 y él no se doy cuenta de que era del amargo.


8. Siempre dejaba los tangos a mitad con todas las señoritas.
 Conoció a Muerte, y llegó hasta el final.


9. Se ahogó en un mar de lágrimas,
 y solo entonces salieron a flote las astillas clavadas en el corazón.


10. Le dije "ven" y corrió en dirección contraria.
 Siempre me puso la excusa,
 de que todos los caminos llevan a Roma.


11. Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. 
Y ella cada vez que le decía "te quiero"
 iba ebria de sus besos.


12. Se le paró el corazón. 
Ahora espera a que alguien le de cuerda.


Y para finalizar, el que me define, y estáis cansados de leer: 

Soy un Sauce llorón, 
que cuando llega el Otoño, 
seca sus lágrimas. 



Buenas tardes, Lala, Laura. Un beso. 

sábado, 29 de noviembre de 2014

Rosetón

A Él:


Aún conservo, aquel llavero
con tu nombre;
el recuerdo de nuestro beso,
sentados en el frío muro;
nuestras fotos en el Rosetón;
tu sonrisa,
la mía,
que por aquel entonces empezaba a florecer
porque eras la primavera de mi vida,
y lo sigues siendo.
Conservo nuestras noches de cartas,
de poker, de poli-cacos,
buscarnos a tientas en el sótano de Enrique...
Conservo cada día,
cada abrazo, cada guiño...
Fuiste mi Tíramo,
mi Perlimplín, mi Romeo,
mi Dragón...
y conservo cada segundo
que estuve contigo sobre un escenario.
Conservo tus cartas,
todas y cada una de las palabras que me dedicaste
en ese amor puro e infantil.
Conservo el "Adiós" que te dije,
el "Hola" al volver,
tu mano cálida sosteniendo la mía...
conservo cada vez que me planté
en tu casa llorando
porque me habían roto...
y conservo cada momento que estuviste
a mi lado o en la distancia,
pero que estuviste;
como también conservo
cada vez que te vi llorar...

Y de todo esto,
lo mejor es que yo,
aún te conservo.
Perderme en tu abrazo,
ese que echaba tanto de menos,
me ha servido para encontrarme,
a mi,
y a la niña de cinco años,
ocho, diez, trece, quince;
y a la mujer que soy ahora...



A Él, por vivir toda una vida conmigo; por ser un gran amigo y mejor persona...
Ojalá muchos años conservándote, aunque solo sea en la distancia.

Buenos Días, Laura.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Extrema Debilidad

"Estoy perdiendo vida...
Improvisando cada día 
alguna excusa que me ayude a sentir bien...
Y ya, nada me alivia.
ese dolor no se mutila
y cada vez, me cuesta más ponerme en pie...
Extrema debilidad, 
que cada noche me desvela, 
y me devuelve a la realidad.
Hasta la sangre se me hiela,
lo llena todo de oscuridad...
y me condena a Cien Años de Soledad...."




Llevo mil y un día encerrada en esta cabeza que me ahoga. Mil y un día, en este cuerpo bodrio que se deshace por momentos. Mil y un días llorando en lo más sombrío de mi corazón. 
Sé que mi yo interior está jugueteando con mi corazón. Lo estruja tan fuerte que solo me queda retorcerme de dolor. Sé también que ella quiere salir, que se muere de ganas de soñar y de amar. Pero no. No es tiempo para eso. Y así está, llena de irá y desesperación, clavándome puñales por dentro, haciendo que me desangre lenta y dolorosamente. Y sé que si la dejo salir es para ver como sufre de nuevo, y prefiero sufrir yo, a que ella tenga que pincharse una y otra vez, los dedos, con las agujas de remendar su corazón. 

Y así estamos, mi yo soñadora haciéndome tener pesadillas por no dejarla en libertad; y mi yo racional que está entrando en locura, tanto que solo se desahoga por las noches gritándole a los fantasmas de su habitación.




Un saludo, Laura, Lala. 



domingo, 16 de noviembre de 2014

Noviembre sevillano

18:21

Como se nota que la Navidad está a punto de llagar. Aún no han puesto las luces en la Avenida de la Constitución; supongo que faltará poco para ello, porque hoy, la calle está a rebosar de transeúntes, y seguramente de aquí a unas semanas se cortará el tranvía por las congregaciones masivas que habrá. Entonces la idea de venir a pasear por aquí será una opción maravillosa. He venido a perderme al centro por si me encontraba (a mi) de casualidad, por si te encontraba, y la verdad es que ni una, ni otra. Me he tirado dos horas persiguiendo a personas, y he acabado sentada a los pies de la Giralda, esa que observo a lo lejos, cada noche, desde mi octavo. Todo el mundo me mira, supongo que nadie ha visto nunca a una pelirroja escupir fuego y derramar el té sobre un cuaderno de notas, y no los culpo, soy extremadamente torpe, y las ansias por probarlo, me han quemado; como en más de una ocasión me he quemado por intentar probarte. Ya ves, no aprendo, o no quiero aprender. 

Si me he sentado aquí, es por el tráfico de personajes que dan rienda suelta a mi imaginación: desde parejas felices, hasta solitarios como yo que solo quieren un descanso... 

Me preguntó cuando se enfriará el maldito té, y de golpe un niño se me queda mirando. Le sonrío. Me sonríe. Parece infeliz, y ese polo azul marino le aprieta, no puede respirar. En cierto modo, lo compadezco, tiene una madre estirada. Esta le tira del brazo. Él sigue mirándome y sonriéndome. Le daría un poco de té, sino quemase; y quizás haríamos aviones de papel con las hojas de este cuaderno; aviones tan, tan bien hechos, que volaríamos -los dos juntos- alrededor de todo el mundo y subiríamos a lo más alto, para ver así, el bullicio que se respira en Sevilla, un domingo. Tristemente, no se puede quedar conmigo esta vez. Me despido con la mano y le deseo suerte en su futuro de abogado, médico, o quizás banquero. Sé feliz, al menos. 

Comienza a refrescar, y esta cazadora vaquera se queda corta, aún así quiero seguir aquí, imaginándome la vida de los demás, y olvidándome de la mía. Busco víctima. Ya sé. Justo en frente, a diez metros a la derecha, hay un señor tocando el violín. He parado la música, y me he puesto a escucharle a él. Si lo he escogido, ha sido porque tocaba Moon River, y si algo es esta melodía, es soñadora. Cierto es, que hace tiempo que no sueño como antes, qué sé yo, los achaques de la vida. Aún así, si miro a mi alrededor, mis problemas, en comparación, se quedan pequeños. Allí, a tres metros del violinista desconocido, reposa una mujer sobre cartones, está dándole de comer algunos granos de pienso a un gato atigrado. Yo por lo menos tengo la suerte de poder estar aquí, quemándome otra vez con el condenado té, pero sabiendo con certeza que esta noche dormiré bajo techo y podré cenar algo. 

Todo el mundo va y viene, vienen y van, y aunque tenga la música de nuevo puesta en mis oídos, puedo escuchar las carcajadas, los gritos, los besos, las palmaditas en el trasero, los “¡Para, que hay gente!”... ¡Qué bonito es meterse mano en público!

A mi lado, un señor mayor se sienta sobre la fría piedra. Intuyo por la bolsa que viene de la Feria del Libro que han puesto en Plaza Nueva. Taconeo. Taconeo. Carrito de bebé. Bicicleta. Pajarito de notificación. Tranvía. Y vuelta a empezar; con tanto ruido, me pierdo. El señor saca lentamente sus compras, y para mi sorpresa, mientras las ojea veo un ejemplar de Alberti. Se encienden las luces de la avenida, me viene bien, me estaba quedando ciega. Una pelota rueda hacia mis píes, y detrás de ella una niña rubia, con una mirada verde e intensa. Al otro lado, un fotógrafo me dispara ¿estoy muerta? No, es broma, me ha hecho una fotografía... pienso que al menos, quedaré inmortalizada en la vida de alguien, aunque sea completamente ajeno a mi, espero que capture mi alma... Voy a darle un sorbecito al té... ¡Me cago en todo! Tras media hora, sigue hirviendo...
Taconeo...taconeo...tranvía... y el señor de al lado, comienza a leer... ¿estará leyendo mi poema favorito? Y sus versos se pasa por mi mente... 


“Dejé por ti todo lo que era mío. 
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas 
tanto como dejé para tenerte.”


Acaba de aparecer alguien, tendrá 40 años. Me ofrece tabaco, niego. Continúo escribiendo, pero por respeto me despojo de los auriculares; él comienza a hablar solo. Esto es lo que tiene Sevilla ¿no? Nunca sabes que te va a suceder. Aunque no le hago mucho caso, sé que está hablando de la catedral... no soy mucho de fé, ni de esperanza amigo, lo siento, las perdí hace tiempo ambas. Continúo inmersa en la ciudad, y en mi misma. 

Damien Rice vuelve a sonar en mis oídos, su voz triste y melancólica acaricia mi ser, y lo acompaño al ritmo que escribo. 

Es curioso, porque los únicos que caen en mi presencia, son los niños. Me sonríen. Me ponen caras... supongo que en cierto modo, soy agradable a la vista, aunque solo sea a la de ellos. Sorbecito de té... y ¡Uf! ya se puede beber. El señor Alberti (así lo he llamado) se levanta, me hace un gesto con la cabeza, y se pierde entre la multitud... ¿Debería volver yo a casa? La verdad es que no tengo ganas de encerrarme en mi habitación, la misma que tantas veces me protege, ahora me mata. Ella me recuerda la soledad que tengo alrededor y aquí me siento bien, una más... aunque no tenga nada que ver. 

Llego a la conclusión tras quedarme fija en el café de al lado, que pasan los años, como está pasando toda esta gente; y ni siquiera, le prestamos atención a lo que sucede, solo una loca es capaz de inmortalizar esos momentos en un cuaderno con ojos saltarines... pasa el tiempo, y cuando nos damos cuenta, estamos sentados en una escalera de piedra, con el culo congelado, y añorando cosas que jamás tendremos... 
Porque a veces, y solo a veces, sucede que sí que hay alguien que está destinado a esperar, y parece que soy la excepción entre el millón, o por lo menos, entre los que han pasado por aquí... y quizás, y no quiero pesarlo mucho, tú, has pasado mientras yo estaba con la cabeza agachada escribiendo...

El té se ha enfriado, y mi bolígrafo empieza a fallar. Tendré que comprar otro. Ahora sí que pienso que quizás sea mejor que vuelva, quién sabe... quizás por el camino me cruzo con tus ojos verdes, esos que un día vi remover el café, aquí, en Sevilla... esos que me han quitado más de un verso, más de un suspiro. 

19:40, Sevilla. 16/Noviembre/2014




Sé que es mucho, pero bueno, ahí está para quien quiera leerlo. También sé que es lioso, pero he decidido plasmar tal cual estaba sucediendo. 

Buenas noches, Laura, Lala. 


viernes, 14 de noviembre de 2014

Goodbye my lover...

 Amanece. Y entre quejas y gruñidos despierta. Su piel blanquecina brilla con la tenue luz que entra por las rendijas de la persiana, la cual en seguida, levanta tras descorrer las cortinas. Los rayos del nuevo sol le ciegan. Hace frío. Se envuelve en su bata de terciopelo negro y sale a la terraza. Se sienta en el muro que limita el suelo del abismo, y enciende un cigarro.

Entre calada y calada, se pregunta cuánta distancia habrá desde ahí a la tierra, o si sobreviviría a la caída. El humo se pierde en el cielo azul, y su mirada en la ciudad. Piensa que seguramente alguien en otro piso estará en la misma situación, preguntándose cosas tan estúpidas como: ¿Cuántas sábanas se necesitarían atar para escapar de la rutina? ¿de la realidad?

Sin quererlo, el aire le trae una fragancia familiar, y el vértigo se acrecenta en su estómago. Entra a la habitación. Al fondo la cama revuelta.

Sentada en el filo del colchón, se despoja de la bata. Aún lleva su camisa... lentamente comienza a ponerse sus medias de cristal... y se viste de la misma forma que muchas veces la desvistieron a ella.

Subida ya en sus zapatos de tacón, lista para salir, se da cuenta de que amar no es ir de cama en cama buscando la esencia que dejaron otros en la tuya... pero esta vez, esta vez le da todo igual. Cierra la puerta y se va, se va en busca de aquello que perdió entre sábanas frías, llenas palabras sin sentimiento.



Goodbye
Por: Laura López

Todo material propio, ya sabéis.
Un saludo, y besos, Laura, Lala.

#3

No que da nada ya, 
que me salve de la caída más atroz. 

No hay colchón que frene
el impacto al saltar desde tan alto.

He subido, 
como sube un cohete con dirección, la luna.
Esa luna que se refleja
noche, tras noche, en el mar; 
allí donde quedaron depositadas tantas esperanzas. 

Amélie, ya no me calma...
 ...y Damien Rice, 
viene recordándome con cada canción, 
la soledad que duerme conmigo, 

en esta cama para dos.



Buenas noches, paso veloz por aquí, como lo hago por vuestras vidas. 
Lala, Laura. 

martes, 4 de noviembre de 2014

The Greatest Bastard


"I made you laugh, I made you cry..."

Y así fue, 
¿Cuántas carcajadas se perdieron 
con su eco en el silencio de tu habitación?
¿Cuántas veces lloré por todos 
los "ojalás" que ofrecía nuestra relación?

"I made you open up your eyes
Didn't I?
I helped you open out your wings,
Your legs, and many other things
Didn't I?"

Y así fue, 
como también abriste 
todas y cada una de las fortalezas de hielo
que había creado en mi fría soledad. 
Abriste mis alas,
pero también me enjaulaste, 
como se encierra a un 
ave al que tú mismo le enseñaste a volar. 
Y de nada sirvió, 
escapé. 
Escapé porque se te olvidó 
cerrar mi puerta, 
pero no abrir 
mis piernas.
Y no te lo echo en cara, 
pues yo era la primera 
que quería, 
y siempre fue así.

Y ahora te preguntas que si fuiste un hijo de puta, 
y la verdad es que no, 
caí en tus redes, 
me solté del saliente 
para caer hondo, 
en tu abismo, 
no luché...
la culpa es solo mía. 

Y ahora te preguntas que si eres el que más me ha dolido, 
y la verdad es que sí, 
escueces como sal en la herida, 
y este corazón lleva ya muchas,
otros vendrán y dolerán,
así es la vida,
unos vienen,
otros se van,
y a ti,
te dejé marchar...
porque ya nada nos unía...
porque solo nos amábamos en el momento,
y después si te' visto no me acuerdo,
pero si me desvestías...
¿no me olvidarías?

Y ahora te preguntas si eres al que estaba esperando, 
si sigues soñando...
Y la verdad es que no te esperaba, 
no tenía pensado este accidente sentimental, 
ni nada de lo que pasó, 
ni quererte hasta doler,
ni verte llorar, 
ni sufrir ambos por todo lo que conllevaba
la causa/efecto 
de nuestra situación.

"Some dreams are better when they end..."

...qué razón...

Y ahora te preguntas al despertar, 
que por qué estoy en tu cabeza, 
y no en tu cama.
Por qué me fui,
por qué salí volando...
por qué solo me ves en sueños... 
Y como siempre pasa, 
te preguntas solo por mi, 
y no preguntas
¿qué fue de ti?
No fui yo la que opto por el silencio, 
yo no fui la que cayó en el olvido, 
pero tú sí que caíste en el mío
y ya solo eres un recuerdo...

Y ahora inocente señalas, 
que hemos luchado para nada, 
para nada no;
que hemos roto todo lo que conseguimos, 
y qué se le va a hacer 
si el viento sacudió nuestro castillo naipes...

No es lo mismo dejar marchar, 
que empujar a alguien fuera de tu vida, 
y tú con tu indiferencia lo hiciste...

Y ahora te preguntas:
¿Por qué?

No diré que no te conozco, 
no diré que no estás aquí, 
no diré que no te amé,
porque fue así, 
y lo sabes,
sé que lo sabes...

y en algún lugar de tu vida, 
estaré yo, 
para recordarte que supiste amar, 
pero que la vergüenza te cegó, 
en algún lugar de tu vida, 
estaré yo, 
para recordarte, 
que los sueños a veces, 
son mejores cuando acaban;
pero que hay sueños que son reales,
y ahí estaré yo, 
como ese sueño que deseas revivir, 
y que jamás volverás a tener. 








Hoy ha salido a la venta el nuevo disco de Damien Rice, y bueno no hago esta entrada para darle publicidad, ni mucho menos, la hago para recomendarlo como gran, gran artista; eso sí, no apto para personas muy sensibles, porque él lo que hace con cada estrofa, cada acorde es removerte todo el alma, y anoche de madrugada di con esta canción Greates Bastard, y me sacudió muy fuerte... como me decía un gran amigo "me he quedado como una gelatina tras un terremoto". 

Un beso enorme, Lala, Laura. 

PD: Gracias a todos los que me visteis en el Streaming sobre el blog.







lunes, 3 de noviembre de 2014

Desastres y otras cosas de Domingos

Se hace tedioso el domingo, aunque ya teóricamente es lunes, como cualquier otro día sin falta de acción. Es tal el aburrimiento que una decide salir, a ver qué se cuece en la ciudad que contemplo desde mi octavo. 

Vestirse de negro para no llamar la atención y ser el centro de muchas miradas sin saber por qué… supongo que no es muy normal ver a un metro cincuenta y nueve pelirrojo preparado para un funeral; no es muy normal ver a unos cuarenta y seis kilos pululando por ahí con unas plataformas de cuatro centímetros con estampado "leopardesco". Supongo que será por las ojeras, o por la mirada perdida que me acompaña hasta cuando cierro los párpados. Vestirse de negro para ir al teatro… desconectar del mundo sobre una butaca aterciopelada de color rojo… y tristemente, no conseguirlo… 

Hoy ha sido de esos días en los que salir para despejarse ha sido un error. Has vuelto como vuelven las golondrinas en primavera, y has vuelto a doler. Te he ido buscando en cada rostro que se cruzaba conmigo, y sin querer, te he visto esperándome en uno de los bancos de Plaza del Duque. ¡Qué tontería la mía! Qué ilusa pensar que aquellos ojos marrones que seguramente esperaban, caídos en el banco, a una chica -no yo-, podrían compararse con tu verde melancólico. 

Si has vuelto -tú- para doler, otras cosas más han vuelto… las ansias de subir a un escenario, de dejar mi vida aparcada y ser otra persona distinta, de mirar al frente y verlo todo de negro, y no precisamente por la soledad que llevo a cuestas, o por todo lo que echo de menos. Quien sabe de lo que hablo, entenderá esas ganas de llorar hasta con la comedia más divertida, y no de sufrimiento, llorar por el sentimiento que te causa el no estar ahí arriba.  

Y entre tú, y mis anhelos artísticos, he vuelto a casa cabizbaja como de costumbre… porque ya es rutina el estar hecha una mierda emocionalmente hablando, pero hoy ha sido un plus que el destino me ha querido regalar. He vuelto paseando por Sevilla, entre transeúntes insípidos que solo miran pantallas que el tiempo fundirá, como funde nuestras propias vidas.

Yann Tiersen en mis oídos y el mundo desplomándose bajo mis pies. 

Parejas que se lanzan miradas de complicidad. Meterse mano públicamente. Besos. Y yo mirando con mi ojo de Shinigami, cual mala pécora, su esperanza de vida en la relación; creo que nunca viviré eso, y sí, nunca digas nunca jamás, pero una con el tiempo se da cuenta de la materia de la que esta hecha, y la mía es la soledad. 

Rutina. 

Soledad. 

Rutina. 

En fin, días, momentos, personas, recuerdos, anhelos… 
Tus ojos verdes, tu sonrisa mientras removías el café….
Yo y mi manía de ir de negro…

Cosas de la vida, te he buscado y he encontrado lo que más miedo me daba...

... el que no estás… 

…y este puto frío que se hace de rogar, y no quiere darme cobijo este año...



Doy por desastre esta entrada, he perdido por completo el hilo. 



Buenas noches, besos, Lala, Laura. 



domingo, 2 de noviembre de 2014

Nocturno III (vía @underthemystery )

Siempre quise
gritar a los cuatro vientos
que vive la poesía.


Que vive en ti,
que vive en mí, 
que sólo un susurro tuyo
tiene más poesía
que cualquier lograda antología.


Que si el batir de una mariposa
despierta huracanes,
no quieras saber
lo que despiertan las musas,
a las tres de la madrugada
una noche de verano.

Siempre quise
exponer mi alma
a través de una poesía.

Sí, esas tonterías,
que se quieren decir,
que se podrían escribir,
pero que al final se callan
como la puta más barata;
y oye, qué cosas,
y qué de gilipolleces
puedo soltar de vez en cuando.
Borracha de euforia,
sí, sintiendo cómo se
enciende mi boca,
pero sólo es el alcohol;
o tal vez tu ausencia,
tu recuerdo,
quien me enciende;
pero la noche es larga,
y las ojeras
más oscuras que la noche.


Siempre quise
susurrarte al oído
que eres poesía.


Eres poesía.
Eres poesía.
Eres la poesía 
más jodidamente 
complicada de exponer.
Y qué orgullosa me siento
de gritarlo a los cuatro vientos.
Porque, ¿si fuese fácil
qué alimento produciría 
para mi alma?
Un hueco extraño,
y poco más.

Siempre quise
escribir poesía
directamente de tus labios.


Y no me ubico,
sólo escucho
nuestra banda sonora,
sólo miro
el cielo estrellado,
las estelas ardiendo;
chico, yo también ardo
con el simple roce
de tus dedos.

Porque no eres Pachelbel,
ni Chopin, ni Bach,
ni Debussy, ni Liszt,
ni Mozart, ni Schubert,
ni toda esa retahíla de pianistas
de renombre,
pero compones música
con un solo susurro
y con tus besos
resonando en mi espalda.

Technophobia ( Vía @Arzuken )



Nada,

4 latas,

un libro de Orson S. Card,

otro de Murakami,

bocatas – y las rimas

serán por cumplir,

no soy fan-

Olor a sal,

piel mojada,

carreras en la arena,

piel quemada.

Piensas en Neruda

citado por Bukowski,

“agonía, siempre agonía”

-VERDAD-

y te da igual.

Estás lejos de tu vida,

lejos del Sol,

24 horas en modo avión

junto a la terrible

y pura idea

de que la nada

-NADA-

es fuente

de felicidad.

Evasión, siempre

Evasión

-Repito-

latas, libros, familia,

mar – perder la cuenta

de mujeres en topless –

Un día que

no espera a nadie,

del que no esperas

nada.

Estás a millas

de tu océano social

2.0, libertad.

No tengo mucho

-si no actualizas tu mirada-

y tirar del absurdo fácil

no haría justicia

a la inmensa satisfacción

de volver a la esencia,

de apreciar

lo sencillo

- Me explico-

No tengo 100 mensajes

en espera

ni 15.000 seguidores

que cuidar,

me sobran 317 puntos

en Series.ly

y no me llegan 20 tetas

por Snapchat

- con tocar alguna

vamos bien-

Tampoco sé contar

mi vida en Ask.

Cumplo mi programación,

y me preocupo

por mantener a cero

mi barrita inútil

de ego virtual

- En fin-

La calma es vida

en un mundo nervioso [tac]

tóxico, [tac] y atestado

de silenciofóbicos,

ruidoadictos y

rutinas de pantalla [tac]

en las que basta

un click al offline

para ver

que la vida está

cuando no estamos

en ella,

donde

no debamos estar.

domingo, 26 de octubre de 2014

Octubre (vía @underthemystery)


Porque los atardeceres

ya están muy vistos.

Como esa manía

de comerse a versos,

besayunarse

y otras tantas gilipolleces.

Eso es de todo el mundo.

Prefiero, que si con una

estúpida caricia,

se saca más poesía,

no quiero imaginar

lo que origina una noche

entera, mostrando

unas ojeras patentes

y una sonrisa de idiota;

eso sí que es sacar

toda la poesía

que lleva uno dentro.

A mí ya me ganaste

cuando dijiste

"vamos a ser como el otoño;

y voy a desnudarte

como octubre desnuda Madrid.

Y vamos a bebernos tanto

obligando a que nuestra alma

entre en un estado etílico,

vicioso y crónico".

No sé tú,

pero yo le dejo a Neruda

la primavera

con sus cerezos;

que yo me quedo

con el otoño,

sus hojas,

su frío

su brisa

que desnuda

con un sólo

contacto.

Historias de proyectos (vía @Arzuken)



No sabría decirte si el amor es la autopista de la vida


O solo el tramo de concentración de accidentes


La culpa es de esta temporada, como si hablase de ropa, en la que ni se habla ni se escribe de otro asunto.


Se ha compendiado toda la maraña de procesos multidisciplinares a una puta idea y joder, qué manera de obstaculizar nuestra existencia pidiendo algo sencillo.


Y digo sencillo, porque quién no quiere comprensión y que le admiren. Pero los hay insistiendo en que las semanas desde la zona cero en el pecho son para enterrarse antes de tiempo.


Porque yo también sé añorar lo que un día tuve de quien fuese. Podría hablar de juegos, detalles, apuestas, fotos pretendiendo salvar planes con caducidad marcada. Momentos que no se borran cuando seguramente ya no recuerde parte de lo que he estudiado durante horas hoy.


Sé hablar de dolor, pérdida, noches frías en cuerpos calientes que no curaban. Yo también me sentí titán retando a dioses y me reí de los mortales con ella de la mano hasta que se me jodió la cuenta premium en esto de ser feliz.


Y no servirá de nada, pero es lo que se lleva, anclarse en el pasado, evadiendo el presente, sin expectativas de futuro.


Que todos hemos follado y tenemos historias de proyectos fallidos

Pero tu historia sigue, y la chica que tengo en mente no es la que me desconoció

Esta aún no sabe nada de mí, y está tardando

No sabría decirte si el amor es la autopista de la vida

O solo el tramo de concentración de accidentes

Solo veo gente atropellada por no querer moverse

Y la culpa es suya.

Wish...

Toda nuestra vida era un Ojalá,
compuesto por las ganas de mirarnos
bajo sábanas de franela,
en el más recóndito invierno 
de nuestro corazón.

Sabíamos que era eso de:
"morderse las ganas" 
-y no, el uno al otro- 
tú que querías oler mi pelo, 
yo que quería perderme en tu pecho. 

Y aunque la palabra "ojalá"
debería estar en el diccionario, 
al lado de "arma de doble filo";
y aunque decían las malas lenguas
que "Corren malos tiempos para los soñadores"
a nosotros nos gustaba soñar…

Soñar con esa utópica realidad… 

Soñarnos a ambos,

y nada más. 


Buenas noches mil besos, Laura, Lala.

PD: ¡Recordad que cambian la hora hoy!

jueves, 23 de octubre de 2014

A 150 km/h todo se ve borroso




Si algo me gustaba de verdad, 
si por algo valía la pena
pasar sentada seis horas
en un tren con retraso sentimental... 

Si por algo valía la pena
aguantar el ruido, 
que mi culo endureciera, 
contemplar el paisaje a 150 km/h
-verlo todo borroso hasta el pasado-
el marearse, 
no poder dormir por la vergüenza... 

Si por algo valía la pena, 
todo esto y más, 
era por ti, 
y por el verte de pie, 
esperándome,
o esperándote a ti mismo.

Las estaciones son tristes, 
y más en Otoño, 
y más si nadie me espera, 
y más...
 si no eres tú...


Buenos días, como veis, hoy me ha dado por publicar a las diez de la mañana, no como siempre; y me gustaría hacer un pequeño comentario de esta entrada. 
Yo de vez en cuando ¿no? le paso una previa a gente, y hace diez minutos, o quince, un gran amigo lo ha leído y al terminar me ha preguntado: "¿Cómo puedes escribir tan profundo?" A lo que le he respondido: "Porque lo siento..."

Si escribiese por escribir, sin sentir, seguramente no existiría este blog. 

Espero que disfrutéis del día, un beso, Laura, Lala.

miércoles, 22 de octubre de 2014

La locura de estar cuerda

La prisa y el desenfreno
de tus manos recorriendo mi cuerpo;
de mi mente imaginándolo. 

El "Jajaja"  enemigo, 
de mis sueños más profundos...
de todos mis anhelos inalcanzables.

Y es que nadie se pasa ya por mis sábanas
-y lo prefiero-
porque todos alegan que
"hay que estar muy loco,
o muy cuerdo, 
para compartir cama conmigo"






Descansad, y buenas noches, Laura, Lala. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Insuficiente

Insuficiente


Parece que nunca es suficiente. 
Siento el vacío de perderte
 -tú y yo a ti-
cuando salgo de entre tus sábanas
y vuelo a otra ciudad. 

Sé que no soy lo que buscas, 
pero sí lo que necesitas, 
y aunque cubra, 
y me cubras, 
esta necesidad, de manera temporal, 
 y nosotros lo que queramos sea la infinidad momentánea
entre el deseo y los sentimientos;
ambos volvemos a recaer
en el vórtice creado 
tras echarnos de menos. 

Porque, 
parece que nunca es suficiente, 
pero la culpa es nuestra,
por añorar lo que echaremos de menos, 
en el momento en el que nos tenemos. 




Dejando atrás temas de truchas o de perros eboloides, hoy os traigo una poesía, en la línea de lo que iba escribiendo. Espero que disfrutéis mucho, o no tanto, y nada más, entre mi vena artística de manualidades, las clases y demás no tengo tiempo, pero os prometo que estoy escribiendo mucho, sobre todo guiones.
Un beso, Laura, Lala. 

PD: AL. Viapol vuelve a apagarse a las 3:05, sabe que has vuelto. 

martes, 30 de septiembre de 2014

Cosas de Martes

Estar tirada todo el día en el sillón, 
viendo pasar la vida, 
como quien se sienta en un parque
a echarle de comer a las palomas,
-odiosas ratas voladoras. 
El problema es que poca vida hay, 
entre estas cuatro paredes. 
Diría yo, 
que hasta mi cactus
tiene más vida que yo,
 que mi corazón.

Me observo a mi misma, 
y me río de lo patética 
que puedo llegar a ser, 
llorando en cada rincón, 
por nada, 
por todo...

Me observo en silencio, 
y salgo, y entro, 
y el tiempo parece intacto, 
y yo me hago vieja, 
me descompongo
como un cadáver abandonado
después de un asesinato.

Píes arriba, píes abajo, 
no sé de que manera luchar
contra la apatía de esta vida, 
a la que creo no pertenecer...

No sé, cosas de Martes... 







Buenas noches, y feliz Martes de mierda. 
La de la fotografía soy yo, y ésta es mía, al igual que el texto, ya sabéis. 
Espero que disfrutéis, o no. 
Os quiero pequeñas truchas.

domingo, 28 de septiembre de 2014

El Apareamiento de la Trucha

Hace tiempo que me viene rondando la idea de soledad, supongo que todos los escritores tenemos nuestras etapas, y eso se ve en mis escritos ¿no? 
Puedo escribir durante mucho tiempo acerca del amor, porque quizás esté enamorada, y ahora no escribo, porque sencillamente estoy ausente del mundo. 
Y la verdad, es que siendo sincera, tengo ganas de escribir como siempre, pero no quiero repetirme, no quiero escribir sin sentir, y no puedo escribir sobre lo que siento ahora mismo, no sería justo para muchas personas. 

Creo que hay muchos tipos de personas: personas desesperantes, enamoradizas, soñadoras, estúpidas, buenas, malas, hay infinitos adjetivos, porque hay infinitos tipos de personas; y bueno, luego están las personas como yo, esas que hemos nacido para la soledad, no porque no podamos tener otra cosa, sino que no la encontramos, o no buscamos bien, o simplemente no aparece, porque realmente esto sea lo que merecemos. 

Hoy, como muchos otros días, he hablado con un amigo y le he contado acerca de mis inquietudes. Me gusta tener la visión de otras personas. Él como tantos, supongo que se extraña de la ausencia de mis escritos, pero bueno todo son rachas. Y al leer esto, muchos os preguntaréis que cuáles son mis inquietudes; realmente, tengo muchísimas pero si estoy escribiendo esto es porque quiero llegar a un fin, y no quiero divagar en mis preguntas existenciales sobre la sexualidad de una trucha de lomo turquesa que asciende por el río Volga a su paso por Leningrado, o de a quién sería justo darle la patria potestad si al caballito de mar o a la "yegua"… 

Fuera chistes malos y preguntas estúpidas, quería hacer una reflexión, no sé si profunda o no, acerca del apareamiento de las medusas mediante esporas… que no, que no, que estoy de broma, solo quiero quitarle hierro al asunto.
La reflexión es acerca del verbo Amar, y de lo que implica, no en todos sus ámbitos puesto que da para tesis doctoral o guión más largo que el de Arrayán pero sí, en el mío. 
Y ¿cuál es el mío? Veréis, solo quería comentar que el hecho de que una persona esté sola, no implica que ésta no pueda o no tenga capacidades para amar, puesto que todos hemos amado alguna vez en la vida, o ahora lo hacemos. Una persona solitaria puede amar, no solo a otra, si no a la vida misma, porque ojo, aquí no hablo de amor del Corte Inglés, hablo del amor en general.  Por qué os comento esto, he llegado a la conclusión de que no vale la pena amar a la gente y darlo todo (guardar las antorchas inquisidores, que no soy una hereje) no vale la pena si no se recibe nada a cambio. NO es suficiente con Amar para ser feliz, y jamás lo será. Realmente ¿sirve de algo darlo todo por una persona, quedarse vacío y no recibir nada ? No, no por lo menos en los tiempos que corren, llamadlo como queráis, ser pagafantas o pagacocacolas; pero no es suficiente, porque quedarse vacío y ser solitario puede ser lo más doloroso que hay, y quien lo ha vivido sabe de lo que hablo. 

¿Estoy hiriendo sentimientos? Esperad, que continúo. 

Y ahora para seguir, y en relación con lo anterior, comentar que me hace mucha gracia las frases tipo: "puedes tener a quien quieras" Y ¿por qué me río de esas palabras? En primer lugar porque las personas no somos objetos que podamos poseer; y en segundo lugar, porque podemos realmente "tener" a mucha gente, pero debemos preguntarnos ¿nos llenan todas esas personas? o ¿puede ser que la persona que nos llena en verdad pasa de nuestro culo? Dos preguntas difíciles, pero muy sencillas a la vez. Nadie se las cuestiona, y luego pasa lo que pasa, llantos, se rompen corazones, insultos y demás…
Yo siempre me las hago. Y os diré que puedo "tener" a mucha gente, y no "tengo" a nadie, porque no quiero que nadie me ame y no reciba ni las gracias de mi (cosa que veo difícil porque soy muy educada) lo que yo quiero, es dar y recibir (fuera acotaciones sexuales, que también) lo que yo quiero es saciar esta necesidad de vivir con alguien, y que luego cuando le recuerde no haya recuerdos, valga la redundancia o no, sino que queden sentimientos. Lo que quiero es vivir sintiendo, porque para mi lo demás es perdida de tiempo, y este gracias a -inserte Dios al que alabar, yo elijo a Hylia- es finito. 

Siento que esto no haya sido una clase de biología, que nada tenga que ver con el apareamiento de la Trucha, pero si os digo la verdad, me gustaría ser pez, no tendría estos calentamientos de cabeza y vosotros no tendríais que leer este absurdo humor de pacotilla que tengo. 

Gracias por leerme. Y no, no he vuelto, porque no me fui. Atentamente Laura, Lala. 


PD: Os quiero mucho, como la trucha al trucho. 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Morir de ganas

El verano se acaba, y con él todos los amores fugitivos que surgieron las estaciones se llenan de tristeza, y mi tren está a punto de salir. Yo, que estoy siempre en mis tonterías, despierto en otoño. Tu otoño,de hojas secas, ilusiones rotas, sueños por cumplir, cosas por hacer,besos que no has dado, te quieros que no has dicho….El verano se acaba, y yo que soy un sauce llorón me seco las lágrimas en otoño, tu otoño, pero éste ya no está.No está, no porque no quiera, si no porque mi tren se aleja lentamente, para llegar al invierno de mi soledad. Mirando la vida pasar por la ventanilla, me ahogo en un mar de dudas, de si volveré a verte, volveré a tenerte, a besarte…"Quizás esto sea lo mejor…" pienso, pero niego en mi pecho.Y aunque ambos sabíamos que este momento llegaría, yo no quise verlo, y ahora sentada aquí, leyéndote estas cutres palabras, me doy cuenta de todo lo que eres. Has sido más que un amor de verano, más que polvos esporádicos en esta habitación, más que citas en cines mugrientos, besos robados, ilusiones vanas, has sido más que eso, una salvación, volver a creer, derretir mis paredes de hielo… Perdona si lloro al escribir esto, perdona si no te miro a los ojos, si soy poco conversadora, perdona por enamorarme de ti.

Te he dedicado todos mis versos, todas y cada una de mis noches las he pasado escribiéndote, para que me leyeras… Porque has sido más que un amor de verano, has sido mi inspiración y si ahora la cosa escuece, es culpa mía por acostarme con mi muso y romper así, todas las teorías de cualquier poeta. Y ahora que mi tren se está yendo, ahora que te quiero más que antes, que sigo escribiéndote, me da miedo de hablarte, por si todo en tu interior, ha cambiado. Por si no encuentro lo que antes veía, cuando todo era un caos, cuando decías que era tonta, cuando nadie me entendía… me da miedo descubrir lo que no quiero. Porque has sido más que un amor de verano; y si permanecí a tu lado, si volví a recaer en tus sábanas de estrellas es porque cada vez que me perdía en ellas, volvía a encontrarme, encontrarte, ser feliz, volvía a creer, volvía a quererte…

Y ahora que mi tren, está a punto de marcharse, la estación se entristece porque quizás, sea cierto eso de que: somos dos personas adecuadas, en tiempo y lugar equivocado…

Y ahora que te tengo en frente, me voy a morir de ganas de decirte que te voy a echar de menos. 




Buenas noches a todos, espero que os guste y a partir de esta entrada creo que voy a hacer un giro en cuanto a temática, ya veremos que sucede.
Un beso, Laura. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

De trenes y estaciones

Supongo que nuestra relación, 
de amantes,
es como las vías de un tren. 
Ambos vamos paralelos, 
jamás nos tocamos, o nos vemos;
y esporádicamente, 
de estación en estación, 
cambio de sentido, o qué sé yo
-porque poco entiendo de trenes, la verdad-
hacemos un cruce, 
de miradas o besos, 
de sábanas, de polvos. 
Vamos que sí, 
siendo franca, 
nos reunimos para follar, 
hacer el amor, o la guerra,
o todo lo que quieras, 
porque me arrastras
a lo más recóndito de tu tempestad.

Ahí presa de mis fobias, 
me digo que debería huir, 
y quizás, 
saltarme tu estación;
pero soy poeta
-odio la palabra poetisa-, 
y me gusta regocijarme
en mi propia mierda, 
la que tú quizás me causes, 

sin querer queriendo queriéndote quererte,
sola, 
para ti. 


Buenas noches, Laura, Lala. 

martes, 9 de septiembre de 2014

Todo sigue igual mientras cambia

Es curioso,
la ciudad ha vivido sin mi,
pero yo no sin ella.
Todo parece que ha cambiado,
pero en realidad nada lo ha hecho.
El quiosco sigue en la esquina,
el panadero sigue bromeando con mi camiseta de Superman.

"Si yo me caigo tú me coges ¿no? Superheroína"

Y aunque todo parece estar
en su lugar,
mi vida está pata arribas,
y aunque Pepi siga usando rímel azul,
el rótulo de Viapol Center
ha dejado de apagarse a las 3:05;
y ya no merece la pena trasnochar.

No merece la pena el cigarro a deshora
 -como si fumara-
que dé paso a la oscuridad infinita e inmortal
de la madrugada sevillana.
No merece la pena,
porque no hay ilusión.

Y aunque todo parece estar
cambiado,
mi risa se pierde -como siempre-
entre transeúntes insípidos
que solo miran pantallas de menos de 4 pulgadas.
Y yo, como siempre,
deseo tener menos de 4 pulgadas,

de distancia,
con alguien.

Porque aunque todo esté pata arribas,
aunque yo haya cambiado,
aunque haya pasado un verano,
los motivos y razones perduran.

Porque aunque Sevilla,
me lleve una vuelta,
o dos,
o ochenta,
de ventaja,
sigo buscándote en cada esquina,
en el tranvía,
en el metro,
en San Bernardo, Santa Justa,
en La Giralda, en cada
transeunte con mirada agachada,
sigo buscándote,
porque jamás en la vida,
he querido a nadie como tú…


Es curioso,
porque no sé a quién va dirigido este poema.






Buenas noches, Laura. 

Ojalá, ojalá.