Reproductor de música

domingo, 20 de octubre de 2013

Quédate o vete

Siento como el viento agita cada mechón de mi melena pelirroja. Cada soplido crea una danza en la que los rayos más avispados del sol se hacen reflejar. Amanece. Y tú aun sigues revoloteando entre mis sábanas.
Quédate, no te muevas. Deja que disfrute unos segundos más de tu olor... Quédate o vete, pero hazlo ya, aunque te diga todo lo contrario. Temerosa te miro desde el marco de la ventana, el simple hecho de verte me hiere, pero me gusta saber que has sido mío.
La fría brisa matutina me corta el aliento, y son tus manos las que aparecen entre tinieblas para salvarme un día más. Me arrastras a tu cuerpo, me haces necesitarte.
El humo de mi té asciende, como lo haces tú cada noche desde lo hondo de mi cama buscando mis besos.
Quédate...
O vete...
O quédate...
Vete si quieres, las puertas están abiertas. Si tan solo estás de paso, vete, y no vuelvas; pero llévate de recuerdo el amargo sabor de mis labios. Mis gemidos ahogados. Mis lágrimas esporádicas. Mi risa contagiosa...
Quédate...
Quédate...
Quédate, si es para siempre no, porque es demasiado largo, pero quédate un momento, y mírame... busca en el fondo de estos tristes ojos verdes el por qué has de hacer eso. No te encadenes, porque las cadenas hieren, pero quédate. Disfruta. Déjame hacer que descubras mil y un lugares desconocidos. Déjame que te dedique mis textos. Déjame escuchar música selecta contigo... Quédate, y mírame pasado un tiempo, y pregúntate el por qué de aquella elección, y quiéreme. Descúbrete a ti mismo queriéndome sin querer queriendo. Observarme desde mi cama, ve como sorbo el té cada mañana, y observarte a ti embobado de ver mi silueta desnuda perdida en el horizonte de tu alma. Y vuelve a preguntarte el por qué me elegiste a mi, y vuelve a sorprenderte al darte cuenta de que no hay ninguna respuesta...Levántate y dirígete a mi, cántame, bésame, y quédate. Quédate recorriendo cada curva de mi cuerpo, mordiéndome las nalgas, besándome el alma. Quédate entre mis piernas, o al lado...
Vete...
O quédate...
Pero si haces esto último, no tengas miedo, que si alguno de los dos tiene que volar, volará. Quédate pero sin la garantía de un final feliz, de un para siempre, de besos dulces a cada momento, de noches de placer sin límites.

Quédate conmigo, o sin mi... pero aun no te levantes de la cama y deja que disfrute un poco más de tu olor, de tu compañía, que sé que si cruzas la puerta no volverás y se que si vuelves será al tiempo, y esta melena roja que ahora mismo se agita entre la fresca brisa no estará.

Si te vas, que sea por ti y si te quedas también...

Vete, o quédate, y si te quedas, no me ames, pero sí quiéreme.





Buenas noches, atentamente Lala.