Comienza la temporada de dormir desnuda,
sintiendo así el dulce y suave tacto de las sábanas de franela;
temporada de andar en bragas por casa,
de puntillas para no congelarme la planta de los pies,
- como lo hice para besarte.
Comienza la temporada de joder al vecino,
haciendo topless en la terraza,
ya sabéis, oír eso de:
"Pero, ¡qué desvergonzada!"
Tés fríos a las cinco,
con cualquier libro de poesía contemporánea,
esa sin métrica,
que escribe cualquiera,
pero no cualquiera entiende.
Noches mirando desde el balcón,
sentir tu abrazo por detrás,
y descubrir que sin querer,
Viapol se ha vuelto a apagar.
Comienza la temporada de dormir en bolas,
de andar en bragas por casa,
de olvidarte y recordar,
que podrías ser tú el que acaricia mi desnudez,
y no la leve brisa que entra por la ventana.
Clichés.
Nada más que añadir, Laura, Lala.