Reproductor de música

viernes, 18 de julio de 2014

Sin título y a deshora

Hoy ha sido de esos días en los que me he reencontrado con mi yo anterior. El calor abrasador me ha postrado en la cama, he mirado mi escritorio como quien mira la nada y he descubierto más de cien libros sobre él, y más de dos centenares en cajas y estanterías. He abierto la ventana (como solía hacer) y el sol me ha rozado cariñosamente mi tez pálida. Acto seguido he puesto mi lista de reproducción de Chopin y he divagado sentada en el filo de la cama para dos, que ocupa el 60% de la habitación. Me he acercado a la mesita de noche, he sacado incienso y poco a poco, el olor a opio ha impregnado toda la estancia. Me he sentido en paz conmigo misma, y con todo a mi alrededor. Después de remover libros y libros, mientras de fondo se escucha un dulce y solitario vals, he dado con lo que buscaba… mi libro favorito…Me he desnudado y sentada en el filo de la cama, contemplando la vida por mi ventana he resoplado, quizás del calor, del cansancio, de la desolación en mi interior… pero he resoplado, y he dejado caer mi cuerpo como si estuviera muerto. He acariciado el libro, y disfrutado de la suave textura de su tapa y he comenzado a leer… Cinco horas después he parado, por falta de luz, no de ganas… me he mirado al espejo y he llorado. Echaba de menos esto, encerrarme y leer sin parar, sola, sola con mi yo interior. Me he mirado al espejo y me he dado cuenta de que esta es mi vida, que no quiero ser princesa de nadie, ni compartir cama con nadie, ni que nadie me diga que me quiere, que me echa de menos, que me desea, o lo guapa que estoy; porque estas cosas son los anhelos que yo deseo escribir y soñar, y aunque parezca mentira, ahora no los quiero, no si me rompen todos los esquemas y cada hueco de mi alma… Me he mirado y me he dado cuenta de que esto es lo que quiero, encerrarme de nuevo en mi coraza de hielo, leer sin parar y recrear todo el mundo que se me ha destrozado… y esperar al invierno, porque en el invierno me siento más a salvo… 


Mi vaso está a punto de derramarse por este viejo colchón… y la verdad, es que ahora nada me importa, ni tan siquiera los "Hey, nena!" que tanto me solían gustar… 



"Ella pensaba que el amor
 de un modo derrotaba al amor de otro modo, 
porque estaba en la índole de los hombres
 repudiar el hambre una vez satisfecho el apetito."



Buenas noches, no tengo nada que añadir, espero que os guste, solo eso. 

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