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martes, 8 de julio de 2014

Hablemos de coladores y clavos

Hablemos de los coladores...


Supongo que uno jamás será suficiente. No lo será, no porque no de la talla, no porque no esté al 100%; uno jamás será suficiente para llenar el vacío que dejó la persona anterior. 

Los humanos somos así, vamos de cama en cama buscando la esencia que otros dejaron en la nuestra. Somos una especie de coladores mutantes: viene una persona a nuestra vida, nos vierte en ella emociones, sentimientos, recuerdos, etc. Al tiempo se va, porque es imposible retener a una persona para toda la vida, es imposible incluso retenerla unos segundos, y se va como se van las golondrinas o el sol cada tarde. Al irse, deja un agujero en tu alma y cuando llega una persona nueva, las cosas que no te ofrece y la anterior sí, se han ido por dicho agujero, y así sucesivamente, persona tras persona... hasta que quizás llegue una que se pare a tapar y fruncir todos los descosidos, pero eso no suele pasar en la vida real, o quizás sí pero tienes que ir agarrado de la suerte. 


Hablemos de los clavos...

Y si somos coladores, también somos clavos. Yo soy el clavo que sacó a los que tenías en tu pecho, ahora vendrá otro clavo que saque el mío de tu corazón y lo deseche a cualquier parte, al mar por ejemplo. Y así sucesivamente; uno, tras otro. 
Sucede que a veces un clavo no saca a otro clavo sino que lo hunde más, y ahí está el problema; hay que saber elegir bien los clavos de tu vida.

Y ya que estamos hablando de los clavos de mi vida, 
del colador que se ha convertido mi alma...
Hablemos...

Hablemos de decepciones, 
de ti y de mi, del uso exagerado del placer, 
de todo lo que creímos ser. Del autoengaño.
Del engaño en general. De lo poco que me importa, 
de lo mucho que me duele. 

Hablemos del vacío de tus abrazos que no abrazan nada, 
ahora que he salido corriendo en dirección opuesta. 

Hablemos de mis sueños pisoteados, 
de la escoba vieja que los barre y esconde, 
bajo la alfombra donde jugamos a querernos.

Hablemos de mi coraza de hielo, a la que vuelvo, 
esa que derretiste y echaste abajo. 

Hablemos….

Hablemos de expectativas, de distancias, 
de dolores de cabeza, de copas rotas, 
de películas mal acabadas, de polvos por echar,
de condones sin usar, hablemos de todo eso y más. 

Hablemos de lágrimas derramadas, 
de noches en vela, de música que marca. 

Hablemos del uso y el desuso de las palabras, 
de los sentimientos, de las personas, 
algo muy natural y que entiendo. 

Hablemos de la del espejo, 
de quién es y de cómo se siente, 
de su alma quebrada, del daño de su mirada. 

Hablemos...

Hablemos de mi miedo, 
de mi vuelta a la inseguridad, 
de volver a soñar, creer, qué se yo, 
¿de volver a amar? Sí, puede ser.

Hablemos de todo lo que quieras, 
que ya hablaré yo de lo que me apetezca. 




Espero que os guste, comentad y decidme qué os parece. Un beso grande, Laura, Lala.



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