Reproductor de música

martes, 19 de agosto de 2014

Deshora no entendida

Sabes… hay cosas en la vida que se me escapan, que se nos escapan de entendimiento, no solo a mi, si no a todos. O quizás no se nos escapen, pero es más fácil pensar que no entendemos algo a dar por sentado que ese algo está pasando, no solo es más fácil, sino que es mucho menos doloroso. Aceptar en la vida las derrotas es de las pruebas más difíciles que tenemos que pasar, porque a veces, conlleva el hecho de dejar atrás a personas que realmente amamos, incluso dejar nuestra propia felicidad aun lado para el bien de otros individuos.

Es demasiado agobiante intentar darle explicación a todo, cuando hay cosas que no la tienen, o no la necesitan. Me gustaría darle explicación a las ganas de dejarme arrastrar por ti, o por qué cuando te tengo cerca todo se olvida, la soledad que me hunde cuando estás lejos, el calor que siento al mirarme las manos deseando quizás que estén entrelazadas con las tuyas… me gustaría entender estas ganas de llorar toda la noche, de alejarme del mundo, o las carcajadas que suelto esporádicamente al recordarte…

Pero ¿sabes qué? lo que más me frustra, lo que de verdad no entiendo es por qué estoy aquí, en esta cama para dos y tú no estás, lo que de verdad no entiendo es por qué hace frío en Agosto, por qué Septiembre llega ya, por qué cojones estoy rodeada de ventanas que dan a patios y vistas espectaculares, pero tú no estás en ninguna de ella… No entiendo por qué la vida me abre puertas por las que no pienso entrar estando la tuya cerrada, pero estando aún...

Realmente es curioso lo que una ducha puede dar de sí, un día te metes en el plato y de repente en vez de caer agua, caen todos tus recuerdos y todos tus pensamientos. Y te pones a divagar entre pompas de jabón -donde si te asomas bien sale el reflejo de toda una vida soñada- y lágrimas que se pierden entre toda el agua, como se pierden a veces en los días de lluvia… porque para eso están las duchas, para limpiarte el alma de lágrimas frustradas y recordarte todo lo que has olvidado en el día y decirte que algo realmente importante está pasando como para esconderte tras una cortina de plástico y dejar que te riegue la soledad.



Entiendo de motivos y de razones, 
de sueños y decepciones,
entiendo de sábanas sucias y camas frías,
 de versos dedicados y miradas perdidas,
 de idas y venidas, embestidas y sacudidas.
 Entiendo del vértigo que me producen tus recuerdos...
entiendo de esperarte cada mañana, cada noche y cada tarde,
 incluso hasta en sueños... 
  Entiendo tanto...
pero no te entiendo.



Bueno, otra noche más estoy con vosotros, la verdad es que no entiendo la deshora de esta entrada, quizás las ganas de escribir y ser leída. 
Espero que os guste este popó-reflexión que os he ofrecido esta vez. 
Un beso muy fuerte, Lala, Laura. 

PD: De entendernos va la noche. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario