Reproductor de música

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Laura

Aún soy la niña con trenzas kilométricas;
la que se montaba en una cabina de camión
para recorrer Europa. 
Siego estando en Francia, 
y su parque de las setas; 
en Holanda, 
con sus patos atacándome.

Mason Gamble sigue siendo 
mi primer amor platónico, 
y sigo teniendo su camiseta de la talla 4. 

Todavía tengo el labio partido, 
las Barbies en cajetas, 
la Nintendo64 conmigo, 
el Scalextric por piezas, 
los Playmobils perdidos,
-como yo-.

Llevo conmigo miles de melodías, 
y aún, tan solo me hace llorar, 
la Nana de Zelda. 

Recuerdo las noches en vela, 
mis hermanas pequeñas, 
mis padres trabajando, 
mis primos, 
la infancia que volaba por sí sola...

Sigo llorando en cada cumpleaños, 
sigo ensimismada, 
y por seguir, sigo amando. 

Aún estoy sobre los escenarios de Marruecos, 
siendo Titania; 
o en Londres, perdida entre la multitud.

Sigo, aunque no lo creáis, 
amando el teatro,
comiendo libros,
escribiendo a mansalva, 
jugando a deshora, 
cayendo en camas. 
Sigo adorando a los gatos, 
huyendo de las palomas, 
soñando...

Recuerdo a quienes pasaron, 
los que se fueron, 
los que se perdieron en mis sábanas,
los imposibles, 
los que dolieron, 
los de un día, 
los de toda la vida...

Y conforme pasa el tiempo, 
más sigo guardando: 
Sevilla, 
el cofre que siempre llevo encima, 
los versos arrojados por el balcón, 
escritos a pies de la Giralda, 
la decepción, 
mi santuario... 
Toda una juventud que quedará en mi... 

Y aunque haya dejado de escribir, 
no devore libros, 
no juegue a nada, 
ni pinte, 
ni duerma, 
aunque haya dejado de soñar 
porque la realidad me haya envuelto...
aunque las cosas no vayan bien, 
sigo siendo la niña de trenzas kilométricas, 
a la que le dan miedo las polillas, 
la que ama aunque duela, 
sigo siendo Lala, 
y por encima de todo, 
sigo siendo Laura. 


No sé cuando nos volveremos a encontrar, espero que pronto. 
Laura, Lala. 

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