Reproductor de música
lunes, 28 de diciembre de 2015
Dos mil quince, ni más, ni menos
lunes, 14 de diciembre de 2015
Alarma
lunes, 30 de noviembre de 2015
¡Laura!
domingo, 22 de noviembre de 2015
Ramón y Cajal
Nada.
Todo sigue igual: mismo cruce, hora, personas, mismas parejas mostrando su amor desde la mañana, mismos coches, ropa, olor, pero Ramón y Cajal jamás será la misma si no me cruzo hoy contigo.
viernes, 20 de noviembre de 2015
Prejuicios
domingo, 8 de noviembre de 2015
Y por un momento
lunes, 2 de noviembre de 2015
La verdad
domingo, 25 de octubre de 2015
Y así vamos...
Buenas noches, espero que os guste, Laura, Lala.
PD: 707
domingo, 18 de octubre de 2015
Parafernalia lingüística
miércoles, 23 de septiembre de 2015
Otoño
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Septiembre
domingo, 5 de abril de 2015
Desconocidos
miércoles, 4 de marzo de 2015
Clichés
sintiendo así el dulce y suave tacto de las sábanas de franela;
temporada de andar en bragas por casa,
de puntillas para no congelarme la planta de los pies,
- como lo hice para besarte.
Comienza la temporada de joder al vecino,
haciendo topless en la terraza,
ya sabéis, oír eso de:
"Pero, ¡qué desvergonzada!"
Tés fríos a las cinco,
con cualquier libro de poesía contemporánea,
esa sin métrica,
que escribe cualquiera,
pero no cualquiera entiende.
Noches mirando desde el balcón,
sentir tu abrazo por detrás,
y descubrir que sin querer,
Viapol se ha vuelto a apagar.
Comienza la temporada de dormir en bolas,
de andar en bragas por casa,
de olvidarte y recordar,
que podrías ser tú el que acaricia mi desnudez,
y no la leve brisa que entra por la ventana.
Clichés.
Nada más que añadir, Laura, Lala.
miércoles, 25 de febrero de 2015
A ti
lunes, 23 de febrero de 2015
A
lunes, 9 de febrero de 2015
Algo más
viernes, 30 de enero de 2015
Piso franco
Llevábamos mucho tiempo buscando esa estabilidad que apaciguaba las aguas turbias de nuestras sábanas. El perdernos entre miradas.
Allí estabas tú, apoyado en la pared con esa camiseta gris con la Estrella de la Muerte dibujada en ella, mirándome desafiante. Sin más, las luces del local se fundieron como otras veces se fundió la primavera de mis ojos. Sentí como una mano tibia se colaba entre mi pelo y acariciaba mi nuca, la otra cogía las chaquetas amontonadas encima de una máquina de tabaco. Sin darnos cuenta, salíamos a escape del bar y nos perdimos en la oscuridad inmanente de aquel apagón general que llegaba a todo rincón de la ciudad. Hacía frío, y tú me guiaste a ciegas a tu portal.
No sé a qué hora dejó de sonar Damien Rice por todos los rincones de aquel piso franco, ni cuando se apagaron las velas que daban algo de luz a aquella estampa. Lo que sí que recuerdo es cuando dijiste que éramos dos personas correctas en tiempos equivocados; y ahora parece que hemos conseguido coincidir entre tantas idas y venidas. De vez en cuando se te escapaba un "Ay, nena..." mientras recorrías mi espalda...
Sonaba It takes a lot to know a man, cuando susurraste: "Deberías escribir sobre esta noche..."
Y eso hago.
Viapol te espera, como siempre.
Buenas noches, vuelvo después de un tiempo por aquí, con esta entrada no es la más buena, ni mucho menos, tampoco será la peor. Un beso, Laura, Lala.
PD: AL.
domingo, 18 de enero de 2015
Intento de soneto desonetado
lunes, 12 de enero de 2015
El precipicio
martes, 6 de enero de 2015
Vente
Otra vez, te has quedado ahí, mirándome, quizás sin saber muy bien qué hacer.
Otra vez, se repite la misma historia, la misma ropa, mismo lugar... pero tú y yo, somos distintos. Casualidades.
Dices que he cambiado, que he madurado; y lo cierto, es que sí, no sé si la primera, la segunda o ambas, qué sé yo, los golpes de la vida, que vienen y van y a una, siempre la pillan con la guardia baja. También dices, que estoy más fría, y puede ser...
Entre palabras y palabras, sujetas mi culo como si te fuera la vida en ello. Haces comentarios sobre mis piernas kilométricas con esos tacones de vértigo, me besas la frente y de vez en cuando, si pasamos frente a algún escaparate sueltas un: Qué buena pareja hacemos...
Yo que aunque calle, asiento y sonrío, y la verdad es que sí; y mientras sigues hablando me pregunto si nuestros reflejos estarán juntos en su realidad.
Te escucho en silencio, hablas de ti, y de todo lo que hay alrededor, que no son pocas cosas. Me encanta oirte.
Miras como quien contempla una obra que conmueve y me dices que te gusta cuando el sol me da en el rostro, y yo agradezco esas palabras y los rayos cálidos que acarician el frío verde de mis ojos.
Curioso es que siempre nos veamos en despedidas, y no en reencuentros. Noches fugaces que nos quitan el sueño... y por un momento, solo por un momento, comienzo a creerme todo; pero la niña que hay en mi interior, huye de nuevo a su castillo.
Y es ahí, en ese momento, en el que tú primavera y la mía se cruzan y se mantienen al unísono con algunos compases sueltos que incitan al beso no dado, es ahí, cuando quiebras mis muros y susurras un "
"No te vayas..." seguido de un (mío) "Vente..." cargados de ojalases, esos que tanto odiamos usar, esos que tanto nos duelen... Y dices que no puedes, y no me sorprende, porque todo ya lo sabía, porque esto no es nuevo para ti, ni para mi; y las mismas palabras que hace tiempo me dijiste, hoy vuelven a resonar, pero con más fuerza.
Viapol, te espera.
Buenas noches, Laura, Lala.