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sábado, 8 de junio de 2013

Caminar.

"Es como estar en un sueño, luces de neón, mariposas revoloteando a mi alrededor,
Continuo luchar entre arenas movedizas. Arriba y abajo; en el cielo o en la tierra. No importa. 
Me dijeron que si intentaba salir más atrapada quedaría, pero ahora eso da igual, porque no hay salida ni solución".

Es curioso el ser humano por más que caemos, y nos levantamos por culpa de la misma piedra, el va y la sigue adorando. Pero hay veces en la vida, que las personas y las circunstancias, nos hacen rechazarla, y seguir nuestro camino. Seguramente aparecerán más piedras que revestían el pavimento y se han desquebrajado del mismo, o quizás no, pero hay que saber decir "basta" cuando nada vale la pena. Seguirás avanzando y aunque todo está oscuro en tu habitáculo, aunque el rojo de la sangre y de la pasión ha desaparecido, comienzan a parecer los rayos de la nueva aurora en tu vida. Se van colando por cada rendija y cada agujero, y será entonces cuando nuestro "yo" interior acurrucado en la esquina más tenebrosa verás las motas de polvo danzar entre los destellos, moviéndose con musicalidad y ritmo. Y será entonces cuando contemplemos la belleza de un nuevo renacer. 

A medida que te vas levantando, que comienzas a andar por ti mismo, con pasos torpes y temblorosos, te dan ganas de abrir esa ventana que frena toda la luz de un nuevo día. Y miras hacía atrás tembloroso por no saber que te espera, porque no quieres caer, o porque en este caso no quieres abrir tu corazón, pero aunque nos duela, el corazón y la razón no caminan agarrados de la mano. Y lo haces te acercas y la abres, el sol te ciega, pero cuando recuperas la nitidez en la visión observarás que más allá de las cuatros paredes del habitáculo de tu corazón, hay mundo. Quizás no te guste, quizás sí. 

La vida es así, sin explicación, no podemos dejar nuestra fuente seca para toda la vida, volverá nuestro Ruiseñor, y nos piará, pero sin fuente, no hay Ruiseñor; sin corazón dispuesto a amar, no hay Amor. 



Saludos desde Almería, Lala. 

Adjunto este poema del gran Antonio Machado:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.



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