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lunes, 24 de junio de 2013

La Magia.

Anoche mientras disfrutaba de la compañía de muchos conocidos y unos pocos amigos, a la orilla del mar reflexioné sobre la Magia perdida de San Juan, y escribí algo a la luz de un mechero (en casos de duda extrema)

Hacía tiempo que no se sentaba frente al mar en una noche abierta como esta. El ocaso ponía punto final al día de abrasador sol, dejando tras de sí una franja anaranjada que comenzaba a teñirse de añil por el oeste. Minutos más tarde, cayeron en oscuridad plena, tan solo les alumbraba el reflejo en el mar, de una gran luna que se alzaba sobre ellos, y de un faro que emitía una luz auto cada seis segundos, más o menos. 

Sus píes y sus pensamientos se mojaban con el oleaje. Alzó la vista y quedó abatida por lo que contempló. Sobre su cabeza una belleza indescriptible. El alejarse de las luces de la ciudad, de toda contaminación lumínica, les permitió ver esa preciosidad de mural celestial. Se tumbó sobre la fría y húmeda arena y se puso a observar todo el firmamento. Y pensó en todo lo que había sucedido, quizás se sintió feliz de forma egoísta por contemplar aquello ella sola, pero echó de menos alguien a su lado. Supuso que echar de menos es de humanos. Cerró los ojos y disfrutó del olor a sal. Quizás en ese momento fue el único en el que estuvo en paz consigo misma. A lo lejos las carcajadas de otras gentes le hicieron incorporarse. La verdadera magia de San Juan comenzaba.

Las hogueras comenzaron a arder, y  el cielo se iluminó por todas las chispas prendidas que el viento hacía revolotear. Era el momento de romper con todo lo anterior. 
>>Dicen que el amor se gasta de tanto usarlo, al igual que se consumiría la gran llama que acaba de comenzar en esa hoguera.<< pensó. Era la hora de echar arena en las ascuas que todavía quemaban. Y eso hizo. Se levantó y clavó su mirada en la hoguera. Y en sus ojos pudo observarse el odio acumulado, las tristezas, los pesares de tanto tiempo en forma de llamas. Cuando hubo acabado el espectáculo, se acercó a la orilla con una lámpara china, la dejó reposar algo, y en su interior metió una nota. Encendió la vela y la hizo volar. Mientras la vigiló hasta perderse entre estrellas y constelaciones,pensó:

>>Ahí va mi sueño... Dicen que San Juan es noche de hadas, de brujas y de dragones. Pero la magia no recae en lo anterior. La Magia de San Juan, recae en los sueños. Los sueños de miles de personas que cumplen con la tradición, el amor que nace por cada hoguera encendida, y el desamor que acaba con cada hoguera apagada. La Magia de San Juan, es la Magia de los soñadores...<<

Y cuando se perdió la lámpara, deseó su felicidad, y comenzar una nueva etapa. Y quizás encontrar un clavo...



De soñadores va la cosa, porque en la vida no tiene que faltar sueños, al fin y al cabo, soñar es lo que hace que la vida sea interesante. 

Para finalizar la entrada, felicitar a todos los que os llamáis Juan y que me leen, y a los que no también. 

Un beso, os quiere una soñadora más, Laura. 

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